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NARRACIONES VISUALES
Pilar Parcerisas, Barcelona, febrero de
2001
(traducción al castellano de la introducción
en el catálogo ''J. S.
Valverde, Totes les autoedicions'')
Pocos creadores plásticos han elegido el libro como
camino primordial para canalizar una visión de la realidad.
Jordi S. Valverde lo ha adoptado como opción predilecta para
construir historias, narraciones visuales que se asientan sobre
una práctica documental arqueológica conduciéndonos
a una nueva y particular retórica de la imagen. Libros que
nacen como elección personal para romper con la huella "genial"
del artista y entrar en el dominio de la neutralidad de la reproducción.
"Todas las autoediciones, 1972-2000" reúne
todos los libros realizados por el artista, tanto los de una etapa
de su residencia en Milán (1972-1977), como los elaborados
a partir de su regreso a Barcelona (1980-2000). Son libros raros,
singulares, que no se pueden comparar con otros libros de artista
existentes.
El primer y dilatado período esta muy marcado
por el influjo de los mass-media y las imágenes extraídas
de los medios de comunicación y la publicidad. Aquí,
Jordi S. Valverde trastoca las teorías de Walter Benjamin
sobre la pérdida del aura de la obra de arte mediante su
reproducción, y valorando precisamente la reproducción
le devuelve el "aura", convirtiéndola en obra de
arte. Usada como campo de trabajo. Depura o incluso subraya las
imperfecciones del precario sistema de fotocopiado de la época,
manipulando los tramados, obrando superposiciones de la imagen y,
más insólitamente, del texto que con frecuencia resulta
inutilizado como elemento de lectura; convertido a su vez en imagen.
En estos libros, con un espíritu narrativo muy cercano al
cinematográfico, y bajo una pretensión frecuentemente
arqueológica y documental, termina dominando la ficción,
en ocasiones entrelazada componentes autobiográficos.
Por otro lado, el bloque de libros de los años setenta,
y en consonancia con una época que refleja el final del franquismo,
son la concreta parodia de la situación en España,
y, en menor medida, también en Itália. El poder de
la Iglesia, el poder militar, la censura del erotismo, los atentados
contra las editoriales y las librerías, la intolerancia,
la Inquisición como metáfora son temas que afloran
en este conjunto de libros que no ignoran algunas publicaciones
de la época como el Celtiberia Show (1971) de Luis Carandell
o Erotique de l'Espagne (1966) de Xavier Domingo. Otras influencias
también patentes: desde un punto de vista narrativo, Novel·la
(1975), de Joan Brossa y Antoni Tàpies y, evocando determinado
formulismo poético, el libro Cent mille milliards de poèmes
(1961) de Raymond Queneau, capital para el conjunto de sus Tres
litúrgias profanas.
La segunda etapa de su creación esta marcada
por la citada práctica arqueológica y documental,
más vinculada a el objecto, a la reliquia, a la creación
de falsos vestigios, a lo verosímil, trazando una vía
pretendídamente científica que equipara lo que es
verdadero con lo que es falso. Este período se distingue
también por la creación de unas entidades institucionales
que, además de acoger dichos vestigios, han constituido los
sellos editoriales de las producciones de los últimos veinte
años: el Museo di Preistoria Contemporanea, el Patronato
Pro Preservación del Patrimonio Antropológico Popular
y los Arxius de l'espina.
En este segundo período se realza más
el fetichismo por el objeto, la superstición, el sentido
de lo grotesco que encontramos en el cine de Buñuel y su
crítica feroz al uso malévolo del poder de la Iglesia,
con una elevación de la ironía que crece proporcionalmente
al aumento del rastro documental y científico que le da un
carácter verosímil.
Los libros de Jordi S. Valverde revelan una alquimia
singular, que convierte el realismo falsamente verificado en una
coartada poética y su conjunto se manifiesta como el vestigio
de una cultura farisea que solamente es posible parodiar con ironía
y con sus propios instrumentos.
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